Instalar una puerta de seguridad en la entrada: ventajas y tipos
Instalar una puerta de seguridad en la entrada de la vivienda es una decisión muy inteligente. Sin duda, se trata de una de las mejores inversiones que, como propietarios, podemos hacer para proteger nuestro hogar y ganar en calidad de vida. Pero escoger el modelo correcto puede ser complicado: actualmente hay distintos tipos y nomenclaturas que en muchos casos pueden llevar a confusión. Si te estás planteando instalar una puerta de seguridad en tu casa pero no sabes cuál elegir o si te merece la pena pagar más, te desvelamos las ventajas de esta decisión y te ayudamos a escoger la mejor para tu caso.
Instalar una puerta de seguridad: ventajas
¿Sabías que en el 90% de los robos en viviendas, los ladrones acceden por la puerta de entrada? Un motivo más que suficiente para reforzar su seguridad. Más aun, cuando llegan épocas de vacaciones o si solemos pasar los fines de semana fuera. Cuando una puerta de entrada tiene ya unos cuantos años o presenta problemas de ajuste, resistencia, etc., es el momento de renovarla y elegir un modelo que proporcione fiabilidad. Estas son las ventajas que nos aporta una puerta de seguridad:
- Protege el inmueble, las propiedades y a las personas. Una buena puerta evitará que los delincuentes entren en la vivienda, poniendo en riesgo la seguridad de sus habitantes (si en ese momento se encuentran en ella). También previenen los destrozos derivados de los asaltos, así como el robo de las propiedades.
- Aporta tranquilidad. Sobre todo, durante temporadas de vacaciones o si la vivienda permanece mucho tiempo vacía (como suele suceder en las segundas residencias).
- Es un seguro frente a la ocupación. Una puerta difícil de forzar es una barrera frente a los asaltos y las ocupaciones. De nuevo, es una buena elección para segundas residencias o viviendas apartadas.
- Proporciona aislamiento y confort. Las puertas de seguridad llevan en su interior materiales aislantes que evitan que se escape el calor de la casa. Hay modelos que incorporan junta isofónica, un elemento que actúa como barrera frente al ruido del exterior y reduce el ruido en la vivienda.
Cómo elegir una puerta de seguridad para la entrada: clase de resistencia (RC)
Es muy probable que hayas oído hablar de puertas blindadas, acorazadas, semi-acorazadas… En realidad, estas clasificaciones no «existen» de manera oficial. La normativa que regula las puertas de entrada de los inmuebles ha dejado atrás hace tiempo esos términos. Actualmente, estas puertas se clasifican según el nivel de resistencia que presentan frente a la efracción, una clasificación que se encuentra reflejada en la norma UNE EN 1630. De acuerdo con esta norma, la efracción se define como «la capacidad de un producto para resistir intentos de entrada forzada, utilizando la fuerza física y con la ayuda de herramientas predefinidas en una sala o área protegida».
La calidad de las puertas se mide mediante un baremo numérico, que define la clase de resistencia (RC). A mayor número, más resistente será la puerta. Las categorías van desde la RC1 (resistencia nula) hasta la RC6 (resistencia máxima). ¿Cómo se calcula dicha resistencia? Muy sencillo: depende del tiempo que se tarde en forzar la apertura de la puerta. Con tiempo suficiente, cualquier «profesional» puede abrir una puerta de entrada; pero cuanto mayor sea el tiempo empleado, más riesgo correrá quien la fuerce de que le vean hacerlo. Dentro de esta clasificación, se califican como «puertas de seguridad» las que tienen clase RC3 en adelante:
- Puertas RC3: aguantan un tiempo de forzado de 10 minutos.
- Puertas RC4: su resistencia se mantiene durante 15 minutos.
- Puertas RC5 y RC6: su tiempo de forzado ronda los 20-25 minutos.
Las puertas con RC1 y RC2 no se consideran puertas de seguridad. También pueden ser puertas de calidad, pero solo se deben colocar cuando no hay riesgo de atracos o el nivel de seguridad del edificio es muy alto. En viviendas, lo más habitual es elegir puertas con clase de resistencia RC3 y RC4; las que tienen RC5 y RC6 solo se suelen instalar en inmuebles con necesidades de seguridad especiales. Hablamos de viviendas donde haya objetos muy valiosos, oficinas bancarias, establecimientos como joyerías, etc.
¿En qué fijarse a la hora de escoger una puerta de seguridad para la entrada?
Todas las puertas de seguridad están dotadas de una serie de características que les aportan una resistencia especial frente a los ataques. A la hora de elegir, además de tener en cuenta la clase de resistencia deberás fijarte en:
- El marco. Los más resistentes al apalancamiento (método habitual en los robos) son los de acero o aluminio. Los de madera maciza presentarían una resistencia intermedia, mientras que los de MDF son los más débiles.
- La estructura de la hoja. El alma de la puerta es el punto siguiente en el que hay que fijarse. Las puertas más fuertes llevan estructura de acero reforzado, seguidas de las fabricadas con chapa de metal y espuma de poliuretano. A continuación están las puertas de madera maciza, y por último, las de madera con chapa de acero.
- El sistema de cierre. ¿Sabías que cerca del 85% de los ataques a puertas de entradas se hacen forzando la cerradura? Conviene escoger siempre cerraduras con suficientes bulones, bombín y escudo de seguridad y llaves con copia de seguridad (o incopiables con patente).
- La instalación. De nada sirve tener la mejor puerta de seguridad en la entrada si no está bien colocada. Una instalación defectuosa hará mucho más fácil derribar la puerta, y dejará entrar ruidos o frío en el interior de la vivienda.
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