Presupuesto de una reforma integral: en qué ahorrar y en qué no
El presupuesto de una reforma integral es “la biblia” de todo el proyecto. Es un documento fundamental, que no solo te permitirá calcular el dinero que tienes que invertir en la obra, sino que también te proporciona información sobre los materiales que se van a emplear, el tiempo que se tardará en finalizar la reforma y los beneficios que obtendrás cuando esté terminada. ¿Sabías que puedes ahorrar un porcentaje importante si lo miras con lupa? Por supuesto, hay cosas en las que no se debe escatimar; pero sí que existen detalles que pueden optimizar el gasto. Hoy analizaremos en qué puedes ahorrar (y en qué no) cuando acometas tu próxima reforma.
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Qué debe incluir el presupuesto de una reforma integral
Si ya has tomado la decisión de emprender una reforma integral de estas características, el paso siguiente es planificarte. Una organización al detalle de los pasos a seguir durante las próximas semanas te puede ahorrar bastante dinero, y muchos quebraderos de cabeza. Empieza solicitando presupuestos, no más de dos o tres. ¿Dónde? Pues a empresas que puedan demostrar que lo que hacen, lo hacen bien. Puedes pedir recomendaciones a gente que conozcas y cuyas reformas te hayan gustado.
Una vez elegida la empresa o estudio con el que acometer tu reforma integral, es el momento de centrarse en el presupuesto propiamente dicho. En el documento deben aparecer las partidas bien detalladas, así como el cálculo de la mano de obra en precio por hora, metro cuadrado, etc. Asegúrate de que se ha incluido un apartado para gastos imprevistos, así como la tramitación de licencias y los seguros que sean necesarios. Si además añades una penalización por incumplimiento de plazos, te cubrirás aún mejor las espaldas.
¿Cómo puedes reducir los gastos? Fíjate en…
Una de las maneras más habituales de reducir el presupuesto de una reforma integral es asumir tú la compra de los materiales. Si tomas esta decisión, ten presente que deberás dedicar mucho tiempo y esfuerzo a buscarlos y adquirirlos. Es cierto que puedes comprar lotes más grandes, buscar ofertas en outlets, adquirir materiales de final de stock, acudir a empresas y almacenes situados en zonas menos céntricas (que suelen tener precios más asequibles…). Pero el tiempo que inviertas también cuesta dinero: no lo olvides. Por otra parte, las buenas empresas de reformas suelen tener acuerdos con proveedores para rebajar los costes. Infórmate antes para comprobar cuánto te puedes ahorrar, y si realmente te merecerá la pena.
Lo que sí está claro es que en una reforma integral, la mayor parte de los trabajos los deben hacer los profesionales. Nunca debes derribar tabiques por tu cuenta y riesgo, ni cambiar la instalación eléctrica si no eres un técnico cualificado. Y por supuesto, no se deben tocar las instalaciones de gas. Aun así, siempre hay tareas que puedes hacer tú para reducir el presupuesto de tu reforma, siempre que tengas tiempo y cierta habilidad. Hablamos de renovar los muebles (pintarlos, barnizarlos o empapelarlos), pintar paredes, pintar puertas o carpinterías de madera, confeccionar cortinas o estores, barnizar vigas, colocar suelos de instalación sencilla (laminados o vinílicos, por ejemplo). Siempre, teniendo muy presente que estas tareas te llevarán mucho tiempo y trabajo. Si no eres un apasionado por el bricolaje y no cuentas con los materiales, las herramientas y los conocimientos necesarios, es posible que termines por dejarlo para más adelante. Y lógicamente, tu reforma quedará sin terminar.
Cómo optimizar el presupuesto de una reforma integral… con ingenio
¿Sabías que hay formas de reducir el presupuesto que no tienen nada que ver con la reforma en sí? Por ejemplo, si vas a reformar tu propia casa, mientras duren los trabajos tendrás que vivir en otro lugar. Para evitar pagar por otro inmueble, puedes aprovechar tu segunda residencia o tal vez la de parientes, conocidos… Eso sí, ten en cuenta que deberás estar cerca para ver cómo evoluciona la reforma, y mantener un contacto constante con la empresa que la esté realizando. También conviene dar prioridad a ciertas intervenciones, más urgentes, que a otras. Imagínate que las ventanas de tu casa tienen doble cristal y aportan un buen aislamiento; por otra parte, la caldera tiene ya unos cuantos años y consume mucha energía. Si tienes que escoger, puedes dejar las ventanas para más adelante e invertir en una nueva caldera de condensación.
La mejor inversión: contratar a una empresa con garantías
Ninguna de estas medidas para ahorrar en el presupuesto de una reforma integral será rentable, si la empresa que la lleve a cabo no hace bien su trabajo. Por eso, la mejor forma de optimizar tu inversión es apostar por buenos profesionales que te ofrezcan todas las garantías. En Kubo Reformas somos expertos en realizar reformas integrales en Madrid: contamos con los mejores técnicos y operarios, que evaluarán las necesidades de tu caso particular y te proporcionarán las soluciones más eficaces. Nuestra experiencia y la satisfacción de nuestros clientes, así como todos los proyectos realizados en locales, viviendas y oficinas, nos avalan. ¡No dudes en consultarnos!
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